21 de agosto de 2008

Poseidón, Dios del mar y de las aguas

Por Damián Gaspari

Así es como deberían definirlo a Michael Phelps, “el Dios del mar y de las aguas”. El Poseidón de la nueva era de los Juegos Olímpicos. El “tiburón” de Baltimore, como lo apodan en su ciudad natal, es por lejos el mejor deportista de la historia de los Juegos Olímpicos. Nadie, en los 112 años de la historia moderna de los juegos (Atenas en 1896 fue el primero), ha logrado lo que consiguió este “monstruo” de la natación.

Este prodigio, nacido hace 23 años en Baltimore, Maryland, es la estrella mundial de la natación. Ningún rey se inclinó ante Phelps, pero los elogios llegaron de todas partes. “Héroe”, “el mayor atleta olímpico de la historia”, “un auténtico campeón”, “el más grande”, “No es de otro planeta, es del futuro”. Pero la mejor definición de todas la dio el entrenador británico Simon Burnett: “Su padre lo hizo e hizo una máquina del tiempo”.


Seamos agradecidos porque la vida nos da la oportunidad de ver la historia en vivo y en directo, de ver al verdadero hombre – pez, aquél del que se hablaba en las crónicas de antaño (Hombre –Pez de Liérganes). Sin embargo, los nostálgicos siguen defendiendo la supremacía de Mark Spitz (logró siete medallas de oro en Munich 1972 y once en total), pero siempre tendemos a mitificar a los héroes del pasado y a denostar a los grandes del presente.

Michael Phelps, el “coleccionista de oro”, ha batido todos los récords. En un mundo en donde los números mandan, este chico es el verdadero “rey”. Su reinado ha comenzado, y nadie puede reclamar su corona. Nadie la merece más que él. La humanidad sigue creciendo y haciendo historia, dejando atrás los mitos y las creencias absurdas. Hoy, nace un nuevo mito. El mito del nuevo Poseidón, el que traerá paz y calma a las aguas del universo.

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